Recientemente he retornado a una zona con alto potencial que por causas diversas había dejado abandonada durante unos cuantos años. Se trata de una finca particular que durante años ha sufrido la visita descontrolada de todo tipo de personas y ese fue uno de los motivos por los que dejé de ir. Los nuevos propietarios parecen haber controlado la situación y el acceso a la finca es mucho más restringido.
Me puse en contacto con uno de los propietarios para explicarle cómo y donde quería hacer las sesiones y lo mismo procedió con la guardería de la zona.
El primer paso ya estaba dado. Después unos cuantos días de cebado previo y a fotografiar milanos...
Para mi sorpresa en las dos primeras sesiones todos los animales se mostraban desconfiados y llegué a la conclusión de que el parasol y la lente del teleobjetivo les hacía desconfiar por lo que me vi obligado a fabricarme un símil de parasol con su correspondiente lente, dejándolo puesto durante toda la semana y volviendo a cebar con el invento instalado.
En la siguiente sesión las urracas entraron con total confianza y más de 15 milanos negros bajaron a comer a primera hora de la mañana mostrando una conducta natural y relajada. ¡El invento funcionó!