Osborne.

Cada vez que veía éste torito de Osborne desde la carretera, me prometía a mí mismo que un día pararía a inmortalizar esa silueta inconfundible que llevo contemplando desde la niñez por varios puntos de nuestra geografía. El contraluz del toro con ese bello cielo del atardecer, hicieron irresistible la parada para echarle unas fotillos. Sin duda, el torito de Osborne es un clásico que me produce cierta nostalgia y me recuerda aquellos tiempos en que casi nada estaba prohíbido...