Mirada Natural

Este joven Zorro me sorprendió por completo mientras esperaba fotografiar a un Azor. Atraido por el olor de la carne, el animal no paró ni un segundo de engullir algunos despojos y hacer viajes al interior del monte para ir escondiendo el excedente. Cuando ví que el Zorro se había comido todos los cebos, salí del hide para echar algo más de carne y aunque se adentró en el monte para esconderse, no tardó ni cinco minutos en volver a por más comida. Evidentemente, el animal sabía que yo estaba en el interior del hide y lo más sorprendente es que viniera hasta mi y se apoyara con sus manos delanteras sobre el parasol del teleobjetivo, con el fín de cotillear y ventear.El no podía verme, pero sabía que yo estaba dentro. Me estropeó la sesión con el Azor, pero sin duda me hizo pasar una jornada inolvidable.