Los viejos tiempos...

A duras penas me acuerdo de aquellos tiempos en que la diapositiva era el soporte fotográfico por excelencia. Recuerdo que para ahorrar unas pesetas, buscaba lotes de pelicula caducados para obtener un precio lo más económico posible y la nevera se convertía en el almacén perfecto pese a las broncas de mi madre que se quedaba sin espacio.
Ahora, las tarjetas de memoria, si bien tienen un desembolso económico inicial bastante alto, son una inversión segura que amortizamos en unas pocas sesiones.
En ésta foto os muestro un montaje en memoria de aquellas magníficas diapos que daban una calidad y un rango dinámico que no se lo puso nada fácil a los sensores digitales.
¡Los viejos tiempos de la fotografía analógica ya son historia!