Para tal fín, coloqué unos pececillos en el interior de una gaveta y se los dejé a la martina durante un par de días a ver que pasaba.....
Pasan los dos días y me acerco a echar un vistazo y para mi sorpresa, pillo en plena acción a mi querida martina pescando los pocos peces que quedaban dentro de la gaveta.¡Menuda cara felicidad se me debió poner, jeje!
Al día siguiente preparé todos los archipérres y coloque la cámara con un objetivo de focal 24-105 y cinco flashes que disparaba con los Pocket Witzard (control remoto) desde el interior del hide.
Si amigos, las fotos que véis están realizadas "a pelo", sin barrera de infrarrojos y disparando a ojo con todos mis sentidos puestos en el vertiginoso picado de la martina que a penas dura un segundo.
Fotos cortadas, con el pájaro de espaldas, fuera de foco, con un ala tapando su ojito y salpicaduras en la lente que distorsionaban las imágenes obtenidas. ¡Madre mía , que difícil es esto ...!
Solo tuve dos sesiones más para ir afinando y conseguir resultados aceptables porque comenzó a llover y la zona es muy frecuentada por los amigos de la seta de chopo que me machacaron literalmente las dos últimas sesiones que intenté.
A las dos semanas entró un potente frente cuyas fuertes lluvías hicieron que de nuevo el agua corriera y la martina perdiera su querencia por la pequeña charquita que durante el seco verano fuera su pequeño salvavidas.
El año que viene si las condiciones lo permiten, tengo claro que volveré a por ella porque es un ave muy agradecida y se pueden obtener imágenes de alto impacto visual a poco más de cuatro kilómetros de casa que es algo muy de agradecer.
Un producto con buen precio y altas prestaciones que me tiene encantado y que recomiendo por la fiabilidad mostrada. Frio, calor y húmedad no han hecho mella en los Yongnuo.