Durante unos segundos, ésta bella rapaz y yo mantuvimos un pulso visual. El sonido del obturador llamó poderosamente la atención de éste magnífico ejemplar de Milano Real, por lo que tuve que templar nervio y dejar que el animal se relajara. Tras unos cuantos
disparos, el ave depuso su actitud de desconfianza y bajo a tomar unos pedacitos de carne que dispuse sobre una roca para atraer a los córvidos. No me esperaba ésta especie en aquél lugar porque es territorio de una pareja de Águilas Reales que por esas fechas estaba muy encelada y cualquier rapaz de cierto porte era expulsada bruscamente. Curiosamente, el Milano pudo comer sosegado y después se marchó sin sufrir percance algúno.